¡La fiesta comenzó!, era el pensamiento de toda nuestra iglesia el día de ayer, nuestro cincuentenario unía a todos los cuerpos y grupos ejecutores de organización, el ambiente lucía espiritualmente expectante, esperando vivir y ser protagonista de cómo Dios iba a galardonar éste evento tan conmemorativo para nuestra historia.
La Coordinación a cargo de nuestro hermano Miguel Curilén I., Oficial de nuestra Iglesia, sellaba la honrosa labor de guiar con entusiasmo a un pueblo deseoso de adorar al Señor, acompañado de nuestros hermanos Pablo Vásquez y Pedro González, mientras que nuestro amado Pastor Manuel Morales C. lleno de la unción de Dios, guiaba a la iglesia a ser libres de adorar, sin temor de los protocolos y daba la bienvenida a los presentes para ser un espíritu en estos días de gozo colectivo.
Nuestros primeros invitados; Iglesia Metodista Pentecostal de Buin dirigidos por el Pastor Mauricio Briones y su esposa Marta Balladares, junto a toda su comisión representante de su iglesia compartían nuestra alegría de ser parte de los 50 años de nuestra iglesia y tenía la misión de alimentar por medio de la palabra a aquellos que venían hambrientos y sedientos de ser llenados, renovados y fortalecidos por el Espíritu Santo.
Lucas 1:5-7 era nuestra bendición. Porque no ceer?, Dios nos recordaba que bajo todo pronóstico humano, Él era quien tenía la última palabra, que la clave y el medio de todas las cosas se resumía en FE. Fe era el concepto que jamás fallaría para los hijos de Dios, Fe para descansar en que toda nuestra vida; lo tangible e intangible es subyugado al poder de Jesucristo. Así poco a poco comenzaron las lágrimas, las proclamaciones, los cuerpos tendidos a la presencia de Rey, así poco a poco los espíritus quebrantados comenzaron a sin palabras solo adorar a utilizar en lenguaje espiritual.
Todos los coros unidos de nuestra iglesia adornaban con letras angelicales en alabanza a nuestro Señor, ¿Qué más podíamos pedir?, si a quien nuestra vida ama de forma sublime, el anhelado y dueño de esta conmemoración ya se había hecho presente. Sin duda, ya esperando para bendecir nuestros siguientes día de celebración.
Amén.
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