Con la coordinación de nuestro hermano Oficial Diacono Pedro González, se inicia este especial servicio.
Damos inicio a un nuevo servicio de adoración a nuestro Señor Jesucristo, junto a las clases del circuito las cuales predicaron por las diferentes calles de Padre Hurtado.
En la oportunidad entregada a nuestro Pastor Manuel Morales C., quien consultaba a la membrecía que tan alegre llego para alabar al Señor por todo lo que Él ha hecho por nosotros.
El poderoso y edificante consejo de la palabra del Señor en Salmos 51 “Arrepentimiento y plegaria pidiendo purificación” Contextualizando el pasaje sobre el rey David, un hombre amado por Dios, conforme al corazón de Él. Se fue gestando en él amado de Dios las cosas más terribles, como fue adulterio, el homicidio, planes de maldad en su mente. Si bien David podía ordenar y hacer todo lo que se le ocurría. Olvido que Dios todo lo sabía. Olvido que había un profeta en medio de su pueblo, el cual éste le comento a través de una parábola lo mal que estaba, fue allí cuando David reaccionó y concientiza que ha pecado contra Dios, con un corazón arrepentido. Hace un clamor de oración, volviendo su mirada a Dios, clamando; “Ten piedad de mí, oH Dios… Lávame más y más de mi maldad”. Siendo Dios misericordioso, lo perdonó.
La presente enseñanza nos invita a revisar el estado de nuestro corazón, ¿cómo esta nuestra conciencia? ¿Cómo esta su relación con su esposo o su esposa? ¿Hemos hecho heridas?. Al primero que hemos ofendido es al Señor. La palabra dice que solo los limpios de corazón verán a Dios. Es necesario reconocer nuestros pecados, este mensaje nos invita a limpiar nuestra conciencia, proclamar el perdón de Dios, humillarse ante el perdón y reconocer que le hemos fallado. Sin embargo nos cuesta reconocer nuestros errores. Lo relevante es reconocer que cada vez que fallamos, no pecamos con nuestros hermanos, sino que pecamos contra Dios. Por lo tanto nuestro primer paso es pedir perdón a Dios y luego con nuestro prójimo. Finalmente David pide a Dios renovar un espíritu recto y un corazón limpio. Estas palabras sirven para una firmeza espiritual, donde llevemos un evangelio genuino. Con una conciencia de libertad espiritual.
El hermoso e inigualable consejo de la palabra del Señor culmina con nuestro pastor Manuel Morales C. ministrando a la iglesia través de una oración; reconociendo nuestras faltas, para pedir limpieza a nuestras vidas, rogando por restauración espiritual. El coro acompaña con una alabanza “Quebranta mi corazón, te entrego mi voluntad, yo quiero menguar para que crezcas tú”.
Con este poderoso mensaje de restauración, el pueblo de Dios adoraba sintiendo el gozo de Dios en sus vidas. Solo podemos agradecer a Dios por estar constantemente entregando su mensaje de misericordia, amor, restauración y de verdadera libertad espiritual, para que cada uno pueda llevar un genuino evangelio.
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